El primer día decidimos ir al Museo de granjas Ballemberg. Es un precioso museo al aire libre, con granjas reales de cientos años, con animales, con el menaje de aquella época. Te puedes encontrar a un señor preparando una sopa en una casa, o un aserradero funcionando con un molino de agua. Dar de comer a los cerdos, ver como hacían el pan muchos atrás o la miel.
Llevamos carrito porque hay que andar bastante y Alex a ratos necesitaba descansar.
Todo en un entorno espectacular, de bosques, arbóles, lagos... pero qué os voy a contar... esto es Suiza y todo es así.
Esta excursión nos dió para todo el día. Pero como cuando salimos nos quedaba un poco de tarde y de luz , aprovechamos para ir ver la cascada de Geisbachfalle. Aparcamos en el parking del hotel (en teoría no se puede, pero probamos y no hubo problema) y dimos un paseo por los alrededores del hotel. Hay un funicular para bajar al lago pero Alex se quedó dormido en el carro y por eso no bajamos. Aun así mereció la pena el paseo.
El segundo día amaneció nublado, pero sin lluvia. Así que nos decidimos a ir a ver a las Cataratas de Reichenbachfalle y por la tarde a ver el pueblo de Lauterbrunnen, conocido como el valle de las 20 cascadas.
La catarata de Reichenbachdalle está en el pueblo de Hasliberg. Se coge un funicular que te sube a la montaña y desde alli, hay un ascenso caminando por el bosque de unos 20 minutos (hay que hacerlo andando, sin carros de bebé). Hicimos algunas paradas con Alex y sin problemas.
Aquí hay que venir abrigado y con chubasquero, la fuerza del agua en la cascada es tal que te empapas literalmente, y cómo no, arriba, las vistas, son impresionantes.
Esto nos dio para la mañana, decidimos ir después a Lauterbrunnen, con parada técnica para comer, dar un paseo por el pueblo y después dirigirnos a las cataratas de Trummelbachfalle. Son destacables, porque están en el interior de una montaña y hay que subir un ascensor. Es escalofriante el ruido que se forma allí, y también sales empapado por lo que hay que llevar chubasquero. Aquí no saqué mi cámara por temor a que se mojara, así que las pocas fotos que tengo de estas cataratas las hice con el móvil.
Y hasta aquí la segunda parte de la serie Family trip: Suiza. Espero que os sirva por si os animáis a viajar a este país.